A CHAMBEAR A CHAMBEAR QUE EL MUNDO SE VA A ACABAR
Exhibición grupal y pop up apocalíptico
“Pensar es destruir. El propio proceder del pensamiento lo propone al mismo pensamiento, porque pensar es descomponer” Fernando Pessoa
Romper con lo que ya está construído/establecido puede ser una de las tareas más complejas para los seres humanos, durante todo nuestro paso por la vida se nos educa para edificar y aplacar nuestra naturaleza destructiva.
“Toca al artista revelar que la destrucción oculta un poderoso germen de belleza”, dice Aldo Pellegrini.
El arcano XVI del tarot es uno de los más temidos, La Torre. Nos muestra un espectáculo de caos. Una Torre de ladrillos de la que se desprenden llamas, hay fuego y gente lanzándose al vacío de forma desesperada. Esta carta habla de cambios profundos y transformadores a través de la destrucción de ideas rígidas.
En los sistemas económicos y también en el arte, existe la obligación de producción, los procesos creativos tienen sus tiempos y no responden a la instantaneidad de internet.
Para cosechar hay que esperar a que los frutos maduren o también que se pudran en la copa más alta del árbol quemadas por los rayos del sol.
¿A quién queremos engañar? quién podría crear todas las semanas grandes esculturas, increíbles obras pictóricas y escribir los sonetos más hermosos sin agotar sus propios recursos.
Mantener el equilibrio entre el horror y el humor, entre destruir y construir podría ser una respuesta a la presión de la productividad, pues ninguno de estos conceptos existe sin el otro. Dar espacio a lo efímero funciona como vía de escape, construir castillos en el aire o de arena.
Convocarse para levantar la construcción, al pasar las horas cae el atardecer y sube la marea, las olas rompen contra el palacio de arena desvaneciendo lo que alguna vez constituyó un fuerte –o mejor aún– saltar con todas tus fuerzas sobre la obra erigida con la tranquilidad del sonido del mar. Este acto funciona como un ejercicio colaborativo y de catarsis en el que todos compartimos la experiencia de observar la caída de la torre y festejar su derrumbe.
La ley de conservación de la energía establece que nada se pierde todo se transforma. En este caso
La descomposición del fruto no es más que parte de su proceso, cae al suelo y nutre la tierra nuevamente. El hexagrama 23 del iching tiene por nombre la desintegración; no hay mejor ejemplo de lo indómito que la de una casa arrasada por un desastre natural, toda destrucción libera una enorme cantidad de energía.
Ivanna Donoso
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